Valoración de la vivienda con precios superiores a los del mercado real.
Desconocimiento de técnicas especializadas en la adecuación de la vivienda para la venta.
No realizar filtros de los potenciales clientes compradores, sin tener en cuenta sus posibilidades y necesidades de compra.
Desconocimiento de gestiones administrativas y legales.
Inexperiencia en la promoción, comercialización y negociación de venta de inmuebles.